domingo, 11 de julio de 2010

Mi trabajo en Perfórnika

Al fin llegó el día en que conseguí trabajo.

A través de domestika.org leo una oferta de trabajo para Community manager de media jornada.
El sitio se llama Perfórnika. Me interesa. Envío mi curriculum adjuntando una carta de presentación, muy en mi estilo: desenfadada y de tú a tú.


Me llaman, voy. Llego a la mítica calle de Tribunal con nombre de habitante marino y allí llamo al telefonillo. Abren, edificio antiguo, escalera de madera que cruje, barandilla de hierro moldeada y suavizada por el pasar de las manos y el tiempo. La puerta está abierta, paso, me acomodan en un sofá rojo del que más tarde descubriría que tenía historias para contar.

Tras cinco minutos un hombre bajito, moderno malaseñor (malasaña+señor) me recibe en una pequeña y fría sala de juntas. Este es mi book, pim, pan, esto y lo otro, el mundo, el paro , la vida y bla, bla, blá. Te llamaremos para una siguiente entrevista porque a mi me has gustado pero quiero que te conozcan el resto de los socios antes de tomar una decisión. Salgo por la puerta, bajo contenta y a oscuras porque no encuentro la luz de las escaleras, salgo a la calle con esa sensación de "me encanta ser mujer" que los anuncios de Ausonia me enseñaron.

Unos días más tarde, segunda entrevista con los socios, uno de ellos es el doble exacto de Joaquin Reyes, será su hermano? me pregunto mientras examinan mi book.
Ha ido bien, recojo mi coche del Parking de la plaza de la Luna y pongo rumbo al extra radio.

Unos días más tarde es mi primer día como Perfornikadora. En la agencia somos 6.
3 socios y 3 empleados. Al poco tiempo la otra chica que actúa como Community Manager para el SOS 4.8 se pira. Lleva algo más de 2 años en la agencia y ha decidido dejarlo todo y volverse a su pueblo. Olé.

Ella se va y yo paso de media jornada a jornada completa, vivan los pueblos. Doble tiempo y doble pasta, genial así podre dejar de cangurear porque se me están quitando las no ganas que tenía de ser madre.

Mi contrato se rehace y al poco tiempo me surge otra oportunidad laboral, pero de esto hablaré en un próximo post. Decido quedarme donde estoy, me da cierto reparo largarme y dejarles sin copys, sin community manager y sin toque femenino justo ahora que se ha ido la otra chica y que entra en acción la cuenta del año (Mandela Day, que viene llamada a ser un macroevento con macroconcierto en Las Ventas y mini gira por España). Así que me quedo.

Entra una becaria. No puedo con ella. No entraré en detalles porque este es mi blog y le tengo mucho respeto a quien lo escribe y aquien lo lee, por lo tanto os ahorro el sufrimiento de saber de ella.

El día a día en jornada completa es largo, la pausa para comer la hacemos en la sala de juntas mientras vemos Noticias 4 online. No me gusta. Es lo que hay.
Cuando terminamos bajamos al Clarita, su camarero Jaime es un oso grande, con camisa a cuadros y gesto de "si me tocas las narices te saco de una patada en el culo". Es un tipo duro, pero de esos que al llegar a casa son mansos, dóciles y amantes de los animales y plantas. Nos tomamos un café mientras se mete con nosotros y nosotros discutimos sobre cualquier cosa. (Normalmente provocado por la becaria que se empeña en jugar a decir siempre lo contrario que yo).

La tarde es eterna, normalmente en la vida del community manager la actividad se centra en la mañana y la tarde es para lo que va surgiendo, así que hay muchas tardes que no hago absolutamente nada. (Excepto leer en los grupos de Linkedin qué se cuece en el social media).

Llega el buen tiempo, llega el calor a Madrid y se cuela por las ventanas del primer piso de Perfórnika. Los jefes se muestran un punto más distendidos. Yo saco la ropa de colores del armario y dejo atrás los marrones y negros para volverme arcoiris. A la becaria le quedan 10 días y yo soy feliz.

El resto de los compañeros son majos en su mayoría. Está Lolo, socio, diseñador y activista social, pone la música que escuchamos y a él tengo que agradecerle haber conocido grupazos como "Los Ganglios".
Fer, el doble de Joaquin Reyes, es socio, diseñador, periodista, padre y gran lector. En aparariencia serio pero se intuye un gran conversador.
Luego está Pedro, (el malaseñor) socio, economista que hace las veces de director de cuentas, director general y demás.
Y por último, ya que la becaria se fue, nos queda Guille. Guille es un tipo curioso, a veces es divertido, pero la mayor parte del tiempo es un tipo Schweepppes: amargo. Es valenciano y gusta de criticar Madrid, España y todo lo que se le ponga por delante. Es ese tipo de gente que se queja pero no hace nada. Guille luce con soltura una nube negra sobre la cabeza y le acompaña donde va lloviéndole y tronándole encima. A veces, consigue compartir su nube negra con el resto y es por eso que a veces le odio mucho.

En la agencia, Mandela Day lleva un largo tiempo sin dar noticias. Mandela Day me preocupa. Algo huele mal en Mandela Day.

Mientras, yo sigo con el Circo Price y haciendo otras cosillas que van surgiendo. Planifico durante una baja por accidente de tráfico la estrategia para dar a conocer el nuevo espectáculo del Price en redes sociales. Se la envio a mi jefe. La compra el cliente y nos ponemos manos a la obra. Y Mandela sin aparecer.

Últimamente es frecuente que los jefes/socios se reunan en la sala de juntas y cierren la puerta que nunca cerramos. También empieza a ser frecuente que llame el abogado o el notario. Ahora, algo huele raro en Perfórnika.

Es viernes, Lolo se va de viaje a Indonesia y otros países amarillos.

Es miércoles, llego al trabajo, noto que Pedro está raro. Le pregunto, en seguida me dice que no ha podido dormir. Le sugiero como motivo el calor, el agrega las preocupaciones. Vaya...

Es jueves, son las 12, como cada día a esta hora, vuelvo de comprar mi bolsita Matutano en los chinos de abajo. Tomo asiento, hago click. Fer y Pedro nos dicen que tienen que hablar con nosotros. Uuuuy uy uy.

Empieza Fer, sin miramientos, claro, directo al grano: Perfórnika cierra. Y luego blá, Mandela Day, blá, blá... explican la situación, y yo solo puedo pensar en que Charli y yo el día anterior habíamos ido a ver los primeros pisos para irnos a vivir juntos. Todo se detiene. El aire, se condensa. Mierda.

Luego hablan uno a uno con nosotros y mientras están con Guille yo hablo con Charli, que tranquilizador me recuerda lo que valgo, para que no se me olvide de camino a casa.

El 23 es mi último día en Perfórnika. Echaré de menos el barrio, la calle, la suciedad, el calor y la gente. De la agencia echaré de menos las paredes atestadas de fotos, posters y recortes de prensa. La música de Lolo, el flamenco y el old rock de Fer, que Pedro me llame "wuapetona" y ver los reportes todos los lunes y como no, la nube negra de Guille.

Mientras se acerca el último día, voy perdiendo la motivación por hacer mi trabajo y va creciendo la incertidumbre y un poquito también, poqué no decirlo, el resentimiento. Pero no me arrepiento porque en perfórnika he aprendido, he hecho y he encaminado mi futuro hacia donde quería. No vale arrepentirse, no me arrepiento porque toda mi vida está por llegar.

Hasta luego Perfórnika.

2 comentarios:

Ros dijo...

Joer... si es que es verdad, a mi me pasó lo mismo... encuentro un trabajo que me gusta y me llena, departamento de marketing con sus cosicas... y un año después, la puta crisis y a la calle... y desde entonces dando vueltas y vueltas... a ver si se acaba ya... que un poco de paz laboral también viene bien.

Unknown dijo...

ay ay ayyyyyyyyyyy
cuanto lo siento. Bueno, ya queda menos para crear nuestra propia empresa no? hahaha en fin, a mi me queda poco también, asi que bueno...
He visto tu video de las navidades y creo que deberías actualizar más a menudo y transformar un poquito esto en videoblog eh? que mola muchoooo
aunque tambien me encanta leerte. Eres una redactora cojonudaaaaaaaaaaa
Un beso y mucha suerte, que te va a salir algo pronto ya verásssssssss